Poco le habrá gustado a José Manuel Vargas la fuerte revalorización de los títulos de Aena en su estreno bursátil de ayer. El salto de los 58 a los 70 euros, superior al 20%, limita el potencial bursátil futuro de la compañía y difumina por completo el impacto venidero de los ases que se guardaba en la manga el gestor: desapalancamiento y mejora de rentabilidad por dividendo.
Después de solo un día de negociación, todo lo bueno parece metido en el precio de la empresa semi pública.
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