El mes de julio ha sido trágico para la aviación comercial. Además del derribo del vuelo MH17 de Malaysia Airlines, abatido cuando sobrevolaba Ucrania, dos accidentes aéreos en menos de una semana, un avión de TransAsia en Taiwán y otro propiedad de Swiftair, operado por Air Algérie, en Mali abren ciertos interrogantes. ¿Cómo funciona la seguridad en el sector aeronáutico? ¿Quién, y a través de qué mecanismos, mantiene la seguridad aérea? ¿Cómo se tratan las responsabilidades en el sector?
Estas cuestiones llevan al concepto clave Just Culture, que la Comisión Europea traduce en español como Cultura Justa. La Organización Europea para la Seguridad de la Navegación Aérea, Eurocontrol, define Just Culture como “cultura en la que operadores de primera línea u otros agentes no son castigados por sus acciones, omisiones o decisiones tomadas de acuerdo con su formación y experiencia, mientras que, por otro lado, la negligencia, violación grave o actos ilícitos no son tolerados”. Este concepto, asentado en el mundo aeronáutico, no trata de eximir a los profesionales de sus responsabilidades sino de crear una cultura que mejore los estándares de seguridad a través del estudio de las fallas del sistema, así como de los millones de operaciones que transcurren con normalidad a lo largo de cada año. Países como Dinamarca, Finlandia y Reino Unido pueden ser tomados como ejemplo de implantación de este concepto.
Lea el artículo completo, firmado por Jesús Pedraz, vocal de Comunicación de Aprocta en Diario Jurídico.