A la espera de saber si los grandes países productores de petróleo se embarcarán en una guerra de precios abierta para mantener su cuota de mercado o, si como auguran algunos analistas, comienza una nueva era con una horquilla sostenida de entre 70 y 90 dólares por barril en los próximos años, las principales aerolíneas europeas saborean el momento.
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