Las aerolíneas vuelan en un cielo saturado y agitan la guerra de precios

Cada minuto despegan 71 aeronaves en el mundo. Es casi el ritmo medio de los latidos de un ser humano. Señas de identidad de una industria que palpita entre la tiranía y la democracia. Entre exasperantes controles de seguridad, retrasos, aviones donde los pasajeros viajan hacinados y la redentora liberación de volar lejos por poco dinero que propone el universo del bajo coste o por bastante más en las cabinas de lujo. Sobre estos cielos, el sector define su porvenir durante la próxima década. Y se pregunta: ¿qué significa volar? ¿Embarcar en un sueño o en una pesadilla? Porque los cielos han cambiado mucho en poco tiempo.

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