Libre pero vedada. La profesión de controlador aéreo se ha convertido en «discriminatoria» en España para la Unión Sindical de Controladores Aéreos (Usca) porque dejó de ser accesible a todo el mundo a raiz de la reforma que sucedió al cierre del espacio aéreo en 2010. «Hasta 75.000 euros» se sitúan ahora entre el aspirante y el puesto, denuncian. «No acceden a la profesión los mejores sino los bolsillos más pudientes», afirma la responsable de comunicación de Usca, Susana Romero. «La discriminación económica es un filtro importantísimo, una barrera fundamental que limita la igualdad de oportunidades».
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