La tormenta que afectó ayer a Madrid poco después de mediodía dejó en evidencia las deficiencias de la cubierta de la T4 del aeropuerto madrileño Adolfo Suárez-Barajas inundando buena parte de sus instalaciones y provocando el enfado de los pasajeros. La lluvia y el granizo caídos en pocos minutos sobre el norte y nordeste de la capital inundó buena parte de la nueva terminal inaugurada hace poco más de ocho años y en la que se invirtieron casi 7.000 millones de euros.
Varias salas de la Terminal quedaron anegadas y se formaron numerosas balsas de agua en los accesos al aeropuerto. El agua caía sobre mostradores, pasillos y espacios abiertos, recurriendo a los cubos para recoger los efectos de la lluvia que encharcaron los recintos de la T4, según dejaron de manifiesto las distintas emisoras de TV y los vídeos colgados en la red por los pasajeros.
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