Dos semanas después del accidente de tren de Santiago que dejó 79 muertos y del que hoy se cumple un año, la ministra de Fomento, Ana Pastor, anunció en el Congreso 20 medidas de mejora de la seguridad ferroviaria, que luego se convertirían en 22. “Todo está sometido a revisión”, dijo entonces. Hoy, la mitad de esas medidas se pueden considerar cumplidas y el resto se encuentran muy avanzadas. En general, han permitido reducir o controlar más el riesgo del factor humano, clave en el accidente de la curva de Angrois, en el que el maquinista, despistado tras recibir una llamada del interventor del tren, se olvidó de frenar a tiempo. Los maquinistas consultados afirman que el principal avance es la mayor concienciación de todo el sector ferroviario sobre la importancia que tiene su trabajo y sobre la necesidad de respaldarlos con medidas de seguridad que prevean, palíen o eviten sus errores humanos, ayuda tecnológica que echaron en falta en la curva de Angrois. Así lo cree el juez instructor, que ha imputado por ello a 12 exdirectivos de Adif.
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