El aeropuerto madrileño ha vuelto a operar con su pista más larga, la 18R-36L, después de permanecer cerrada al tráfico aéreo durante un mes para proceder a la regeneración de su pavimento y la renovación del balizamiento de la misma y sus calles de rodaje.
Las obras, que fueron adjudicadas a Dragados por 14,1 millones de euros, se iniciaron el pasado 17 de abril, aprovechando así una temporada valle entre las vacaciones de Semana Santa y la proximidad del verano. Simultáneamente se han llevado a cabo otras actuaciones entre las que se encuentran el traslado de la base de deshielo de aeronaves en la cabecera 36R y el traslado del ILS, sistema de ayuda al aterrizaje, en la cabecera 18R.
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