El sector turístico español se frota las manos de cara a la temporada de verano. Las previsiones indican que el tráfico internacional de pasajeros y la demanda nacional harán que en este 2016 se vuelva a alcanzar un nuevo récord que romperá unas cifras hasta ahora históricas. Los excelentes resultados de la Semana Santa -la ocupación ha crecido un 10% respecto a 2015- han sido un buen termómetro sobre el porvenir del que podría ser el verano de oro.
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