Si hay algún responsable del ruido de El Prat, éste es Aena. Ésta es la tesis que defienden los controladores aéreos del aeropuerto barcelonés, después de que un portavoz vecinal acusara al colectivo de «hacer sufrir» a los vecinos que tienen propiedades colindantes a la instalación.
«Las operaciones y la configuración la decide Enaire con el visto bueno de Aviación Civil. Nosotros somos profesionales que obedecemos las órdenes. No hay margen para la improvisación», explica Jesús Pedraz, representante de la asociación profesional Aprocta.
Según este profesional, hay dos factores fundamentales que determinan cómo entran los vuelos a El Prat. «Uno es el viento. Un avión no puede operar con viento de cola de más de diez nudos: es un riesgo para la seguridad», subraya.
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