Sólo dos de los aeropuertos de la Comunidad, Valladolid y León, han conseguido mantener vuelos regulares tras la renuncia de las arcas autónomicas a seguir sufragando conexiones vía acuerdos publicitarios. Y aunque en su día la ausencia de esta ayuda parecía la crónica de una muerte anunciada, pasados los meses la cifra global de viajeros ha levantado el vuelo. En 2015 se rompió la racha de descensos acumulados y en los primeros cuatro meses de 2016 la tendencia se ha mantenido al alza.
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