La Universidad Tecnológica de Nanyang está desarrollando un sistema que crea aerovías para que circulen los aviones no tripulados por las ciudades. También instalará puntos de control repartidos por las calles para controlar el tráfico aéreo. La revolución de los drones es un quebradero de cabeza para gobiernos de todo el mundo, que buscan cómo gestionar el nuevo espacio aéreo: pasar de muchos aviones de gran tamaño volando a mucha altura a muchísimos aviones de pequeño tamaño volando a baja altura es un reto que nadie sabe cómo sortear. Una cuestión en la que confluyen dos factores: el tecnológico y el organizativo. De fondo, la seguridad. Desde el punto de vista tecnológico, los sistemas actuales de control del tráfico aéreo están pensados para aviones, no para drones. Además, los drones no están equipados con sistemas de control y comunicación, por lo que se necesita una adecuación en ambos campos.
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