«Cada vez hay más días fuertes en el aeropuerto». El diagnóstico del director de Navegación Aérea de Balears es un perfecta síntesis de la situación de esta Mallorca al límite: los picos de actividad máxima son cada vez más frecuentes, del mismo modo que la masificación turística de la isla en julio y agosto se extiende poco a poco hacia mayo, junio, septiembre y octubre. El resultado es que los récords duran poco. Por ejemplo, el techo de operaciones del aeropuerto de Son Sant Joan en un solo día caerá el día 5 de agosto. Según documenta Antoni Planells, máximo responsable de Enaire en Balears, durante esa jornada, un sábado (el día de los récords en el aeropuerto), está previsto que aterricen y despeguen en Son Sant Joan 1.117 vuelos. Y eso son más de 190.000 personas bajando y subiendo a aviones en Palma, algo así como gestionar en 24 horas el movimiento de toda la población de San Sebastián o A Coruña.
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