La aerolínea Vueling teme que se pudieran consumar los peores augurios después del caos que se produjo en el aeropuerto de Barcelona-El Prat en el primer fin de semana de julio. Los graves retrasos y las cancelaciones de vuelos adelantados por El Confidencial, que dejaron a miles de pasajeros tirados a pie de pista, provocaron la reacción de las autoridades, fundamentalmente del Ministerio de Fomento, la autoridad competente en la materia.
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