Hace un mes se convertía en viral un vídeo a cámara rápida que muestra el ‘enjambre’ del espacio aéreo europeo durante un lapso de 38 horas de un día normal. En él se aprecia a través de una simulación en modo de visión satélite cómo, a medida que avanzan las horas del día, el área que ocupa el Viejo Continente va llenándose poco a poco de diminutas aeronaves, hasta quedar prácticamente colapsado. Peor que la hora punta del viernes en el Paseo de la Castellana.
Pero, ¿cómo se trabaja con tanto avión pululando? Jesús Pedraz, miembro de la Asociación Profesional de Controladores de Tránsito Aéreo (Aprotca) y trabajador en el Centro de Control de Barcelona, explica que el cielo, desde un punto de vista técnico, más que un enjambre se parece a un rompecabezas. “Es como un enorme puzle: El espacio [de cielo] gestionado por cada centro de control se divide en un número variable de trozos en función de la demanda de vuelos”.
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