Al perro flaco todo son pulgas. La salida a bolsa de Aena se está convirtiendo en un vodevil para los grandes inversores internacionales, que todavía se preguntan los motivos de fondo que han provocado el frenazo de la operación. El gestor aeroportuario se ha aprestado a convocar el concurso público que permitirá contratar la auditoría externa de la oferta pública, tal y como exigió el ministro de Economía, Luis de Guindos. Pero ahora falta otro pequeño fleco, aunque no menos importante, como es un decreto de Hacienda para que los empleados de la empresa puedan beneficiarse del típico descuento en este tipo de privatizaciones.
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